Las elecciones que marcaron mi recorrido estuvieron motivadas en gran parte por el anhelo de conocerme mejor. Mis búsquedas introspectivas se centraron principalmente en el deseo de sentir plenamente mi cuerpo, "desenchufar" mi mente, rescatar y sanar mis "niños interiores" heridos y estabilizar mi energía, para tener una relación más armoniosa conmigo misma, los demás y la vida.
Por haber tropezado miles de veces con la misma pared en mi "andar la vida", sé en carne propia lo que se siente y lo que se sufre cuando se está atrapado en un túnel que parece nunca llegar a su fin. Pero ahora sé también que cada periodo existencial, por arduo que sea, tiene un sentido que se desvela cuando se deja de luchar y compararse; que todos somos perfectos con nuestras imperfecciones y que no se necesita ser diferente para merecer, sino descubrir quien realmente somos.
El deseo de poner mis habilidades al servicio de los demás y de convertirme en una acompañante de camino - o facilitadora de procesos personales - proviene de la ilusión de compartir lo que tanto me inspiró y ayudó personalmente.
Esta propuesta nace de la escuela de la vida, de lo que me enseñó, y de lo que recibí de maestros de toda clase.
Es la prolongación de la forma que elegí para vivir mi realidad (o mis realidades); una fuente inagotable de descubrimientos y aprendizajes que se enriquece a cada paso que doy.
Esta propuesta nace de la escuela de la vida, de lo que me enseñó, y de lo que recibí de maestros de toda clase. Es la prolongación de la forma que elegí para vivir mi realidad (o mis realidades); una fuente inagotable de descubrimientos
y aprendizajes que se enriquece a
cada paso que doy.
Favorecer y ser testigo de las conexiones o re-conexiones hermosas que se operan en otros, como recobran o afianzan su confianza, sus habilidades singulares, el sentido de quienes son de verdad, me fascina y consolida la motivación que encuentro en este trabajo.