cuerpo y energia

LA ENERGÍA Y EL CUERPO


  Nuestro cuerpo es nuestra "casa", el vehículo que nos permite movernos, actuar, relacionarnos con el

mundo exterior, con los demás, experimentar el "dar y recibir". Es el inmenso tesoro gracias al cual podemos sentir,

explorar la vida y disfrutarla. Pero es también el más potente espejo que tenemos a nuestro alcance ya que refleja

todo lo que nos pasa a través de lo que lo trastorna, lo que bloquea el fluir de nuestra energía. Siempre dispuesto

a contarnos lo que necesitamos ajustar para mantener su equilibrio; es nuestro más fiel aliado.


LA ENERGÍA Y EL CUERPO


  Nuestro cuerpo es nuestra "casa", el vehículo que nos permite movernos, actuar, relacionarnos con

el mundo exterior, con los demás, experimentar el "dar y recibir". Es el inmenso tesoro gracias al cual podemos sentir, explorar la vida y disfrutarla. Pero es también el más potente espejo que tenemos a

nuestro alcance ya que refleja todo lo que nos pasa a través de lo que lo trastorna, lo que bloquea

el fluir de nuestra energía. Siempre dispuesto a contarnos lo que necesitamos ajustar

para mantener su equilibrio; es nuestro más fiel aliado.


LA ENERGÍA Y EL CUERPO


  Nuestro cuerpo es nuestra "casa", el vehículo que nos permite movernos, actuar, relacionarnos con el mundo exterior, con los demás, experimentar

el "dar y recibir". Es el inmenso tesoro gracias al cual podemos sentir,

explorar la vida y disfrutarla. Pero es también el más potente espejo que tenemos a nuestro alcance ya que refleja todo lo que nos pasa a través

de lo que lo trastorna, lo que bloquea

el fluir de nuestra energía.


Siempre dispuesto a contarnos lo que necesitamos ajustar para mantener su equilibrio; es nuestro más fiel aliado.


El cuerpo: !Un gran maestro!

 

  Cada persona tiene la habilidad innata de autorregularse ya que cualquier cuerpo, en esencia, sabe cómo

  mantener el equilibrio garante de su salud ya sea física, mental, emocional... Pero a veces, por no escucharlo,

  por como se lo considera, por lo que se le impone o como se lo trata, se debilita y se degrada perdiendo esta

  capacidad dada al nacer.


  El cuerpo y la energía - tanto la que lo recorre como la energía del campo etéreo que lo rodea - interactúan y

  colaboran de forma permanente entre sí para mantener nuestra salud. Sin embargo, a menudo, distorsionamos

  o impedimos esa relación trastornándola.


  Cuando se niega o no se escucha lo que el cuerpo revela, no se puede volver a la raíz de lo que lo atormenta

  - siempre de orden energético -, ni "sacar fuera" o despojarlo de lo que ya no le conviene sostener para

  reemplazarlo por nuevos patrones energéticos y corporales a nuestro favor.


  Cuando no se atiende al cuerpo los trastornos energéticos de base se van amplificando, las molestias que

  puede padecer se incrementan, se reduce su elasticidad, agilidad y movilidad, entre otros muchos desórdenes.


  Cuanto más se cultivan y afinan nuestras percepciones sensoriales, mejor se pueden descifrar los mensajes que

  nos brinda nuestro cuerpo revelando lo que "falta", lo que "sobra", distinguiendo lo que le pertenece de lo que le

  hemos puesto encima que no le corresponde y lo altera.


El cuerpo: !Un gran maestro!


  Cada persona tiene la habilidad innata de autorregularse ya que cualquier cuerpo, en esencia, sabe

  cómo mantener el equilibrio garante de su salud ya sea física, mental, emocional... Pero a veces, por no

  escucharlo, por como se lo considera, por lo que se le impone o como se lo trata, se debilita y se degrada

  perdiendo esta capacidad dada al nacer.


  El cuerpo y la energía - tanto la que lo recorre como la energía del campo etéreo que lo rodea -

  interactúan y colaboran de forma permanente entre sí para mantener nuestra salud. Sin embargo, a

  menudo, distorsionamos o impedimos esa relación trastornándola.


  Cuando se niega o no se escucha lo que el cuerpo revela, no se puede volver a la raíz de lo que lo

  atormenta - siempre de orden energético -, ni "sacar fuera" o despojarlo de lo que ya no le conviene

  sostener para reemplazarlo por nuevos patrones energéticos y corporales a nuestro favor.


  Cuando no se atiende al cuerpo los trastornos energéticos de base se van amplificando, las molestias

  que puede padecer se incrementan, se reduce su elasticidad, agilidad y movilidad, entre otros muchos

  desórdenes.


  Cuanto más se cultivan y afinan nuestras percepciones sensoriales, mejor se pueden descifrar los

  mensajes que nos brinda nuestro cuerpo revelando lo que "falta", lo que "sobra", distinguiendo lo que

  le pertenece de lo que le hemos puesto encima que no le corresponde y lo altera.


El cuerpo: !Un gran maestro!

 

   Cada persona tiene la habilidad innata

   de autorregularse ya que cualquier

   cuerpo, en esencia, sabe cómo

   mantener el equilibrio garante de su

   salud ya sea física, mental,

   emocional... Pero a veces, por no

   escucharlo, por como se lo considera,

   por lo que se le impone o como se

   lo trata, se debilita y se degrada 

   perdiendo esta capacidad dada al

   nacer.


   El cuerpo y la energía - tanto la que

   lo recorre como la energía del campo

   etéreo que lo rodea - interactúan y

   colaboran de forma permanente

   entre sí para mantener nuestra salud.

   Sin embargo, a menudo,

   distorsionamos o impedimos esa

   relación trastornándola.


   Cuando se niega o no se escucha lo

   que el cuerpo revela, no se puede

   volver a la raíz de lo que lo atormenta

   - siempre de orden energético -, ni

   "sacar fuera" o despojarlo de lo que

    ya no le conviene sostener para

   reemplazarlo por nuevos patrones

   energéticos y corporales a nuestro

   favor.


   Cuando no se atiende al cuerpo los

   trastornos energéticos de base se van

   amplificando, las molestias que puede

   padecer se incrementan, se reduce su

   elasticidad, agilidad y movilidad, entre

   otros muchos desórdenes.


   Cuanto más se cultivan y afinan

   nuestras percepciones sensoriales,

   mejor se pueden descifrar los mensajes

   que nos brinda nuestro cuerpo   

  revelando lo que "falta", lo que "sobra",

   distinguiendo lo que le pertenece de

   lo que le hemos puesto encima que

   no le corresponde y lo altera.


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